Otros documentos

Aunque no es posible, por razones obvias, que puedan poner este tipo de documentos en EVAU, he dedicado algunas páginas a documentos significativos de otro tipo:
Documentos escénicos - Música - Cine (sí sería posible que pusieran carátulas de películas)

ver también: Generaciones intelectuales - Unas risas

Estos otros, en cambio, sí entrarían dentro de lo que podría preguntarse en EVAU, aunque hasta ahora no lo han hecho

SELLOS, MONEDAS Y DOCUMENTOS FINANCIEROS

El poder siempre ha tenido necesidad de afirmarse en la imagen, y la moneda, desde su creación en la Edad Antigua, ha sido un vehículo particularmente adecuado para ello, al vincularse a las actividades económicas y simbolizar de una forma evidente el consenso social (todos la aceptan como medio de pago). Incluso hay una significativa mención al simbolismo moneda-poder en los Evangelios (A Dios lo que es de Dios y a César lo que es de César).

Tesoro del Carambolo, siglo VI a. C. (tartésico o de influencia fenicio-púnica). Fuente Commons-Wikipedia). Ver orientalia
La forma de "piel de toro" que tienen algunas piezas, identificadas como "lingotes", aparece por todo el Mediterráneo, vinculado al comercio fenicio. Es tentador (pero no científico) asociar este hecho al mito de Gerión y a la descripción de Estrabón de la forma de la península ibérica como una "piel de toro"; pero sí es apropiado identificar el paralelismo con el origen etimológico (en un contexto cultural diferente -latín-) del concepto de riqueza pecuniaria (Del latín pecuniarius. A su vez de pecunia, "riqueza" o "propiedad" y este de pecus, "rebaño" o "ganado", como signo de propiedad. -wiktionary-). El uso totémico del toro en los pueblos del centro peninsular (Toros de Guisando) convivió con el de otros animales (verracos). Lo cierto es que en España es muy potente la pervivencia (evidentemente, muy transformada) de rituales ancestrales vinculados al toro, lo que explica su uso icónico actual con distintos intereses (toro de Osborne). 

Monedas de colonias fenicias y de poblaciones indígenas con representaciones de atunes. Fuente numisarchives


Emporion emite moneda desde el siglo V a. C. Fuente: imperionumismatico
Esta pieza es un dracma, de los que esta colonia emitió entre el siglo III y el I a. C., que representa a una diosa rodeada de delfines y a un caballo alado (MAN)
La diosa se ha identificado con Aretusa, Perséfone o Artemisa thalattasite



Denario ibérico de finales del siglo II y principios del I a.C. de dudosa procedencia que representa a un héroe divinizado y caracteres de la lengua indígena. Fuente: sictibiterralevis ver también ver también
Fuente: snbnumismatica

En la Península Ibérica hubo monedas prerromanas, tanto de los pueblos colonizadores (griegos, fenicios y cartagineses) como de los indígenas más en contacto con ellos (una de ellas, con la figura de un jinete ibero, fue utilizada de modelo para una del siglo XX); las acuñaciones de moneda se multiplicaron en la Hispania romana.

Trishekel de Aníbal. Tesoro de Mazarrón, 237 a.C. fuente edea.junta ver también tesorillo
La identificación del personaje retratado puede ser cuestionable: reproduce la simbología de Melkart (el Hércules púnico cuyo templo estaba en Cádiz), y todos los gobernantes quisieron utilizarla para prestigiarse. El elefante tiene más fácil lectura ver panoramanumismatico
  


As de Augusto, 13-2 a. C. Fuente: Tesorillo cecas en Tarraconensis  (ver también cecas en Bética y lista de cecas)  


Tremis de Recaredo fuente: Commons

La acuñación de moneda en nombre de los reyes visigodos (desde 576, con Leovigildo) fue el signo inequívoco de que esa monarquía se había desvinculado totalmente del Imperio romano, convirtiéndose en un verdadero Estado. En todo caso, la circulación monetaria era algo muy restringido en los primeros siglos de la Edad Media.

Los dinares y dirhems andalusíes, muy prestigiosos, circularon por todo el mundo, tanto en países musulmanes como cristianos. Las monedas de los reinos hispano-cristianos reprodujeron su sistema monetario (maravedí, dobla), añadiendo los modelos europeos (florín, marco, ducado).

Tesorillo de 19 dinares y 1200 dirhems,
Valencia, siglo XI (fuente: Commons)


Dinero de Carlomagno, moneda de plata acuñada en Barcelona entre 801 y 812. En la segunda mitad del siglo VIII el Imperio Franco conquistó la parte norte de la Península Ibérica para fijar una frontera estable y segura frente a los musulmanes. En este territorio, conocido como la Marca Hispánica y que incluía la parte norte de la actual Cataluña, se implantó un nuevo sistema monetario, que sustituía las anteriores monedas de visigodos y musulmanes y estaba basado en acuñaciones de plata fina. En el patrón monetario carolingio la moneda más valiosa era la libra, que se dividía en 20 sueldos. Un sueldo eran 12 dineros y cada dinero, dos óbolos. Las dos unidades más elevadas, la libra y el sueldo, servían exclusivamente como herramienta de cálculo para importes elevados, ya que en la práctica sólo se acuñaban las dos inferiores, el dinero y los óbolos. En los condados catalanes de la Marca Hispánica se empezaron a acuñar dinero y óbolos durante el reinado del célebre emperador Carlomagno. Había secas en Roses, Empúries, Girona y Barcelona. museunacionalcat
Moneda de 1,26 g de plata, 21 mm de diámetro. ... En el anverso +CARLVSREXFR. con una cruz central y en el reverso + BARCINONA, con un monograma en el centro formado por las letras de KAROLVS. museunacionalcat 


Al igual que sucediera en la zona cantábrica, los territorios pirenaicos no utilizaron moneda de acuñación propia hasta el siglo XI. La moneda que más circulaba por el territorio, dentro de su escasez, era la carolingia. ... un sistema monetario nuevo basado en el numerario de plata. La unidad de mayor valor era la libra, que se dividía en 20 sueldos, 1 sueldo en 12 dineros y cada dinero en 2 óbolos. De este sistema de equivalencias teóricas, que perduró durante toda la edad media, en esta época sólo se acuñaron dineros y óbolos. La creciente autonomía de los condes catalanes hizo que no sólo acabaran por controlar las emisiones, sino que, en un momento dado, dejaran de acuñar la moneda a nombre de los monarcas carolingios y lo hicieran a nombre propio. Este paso se dio en Barcelona en tiempos del conde Ramón Borrell, que emitió dineros y óbolos con su nombre y una cruz en el anverso, y la abreviatura de Barcelona y tres anillos en el reverso. Del 29 de marzo de 1056 data el primer contrato de acuñación de moneda de plata que se conserva del conde de Barcelona Ramón Berenguer I: el conde cede a los monederos Marcús y Bonfill Fredal el derecho de fabricar moneda de plata durante dos años, a cambio del pago de cierta cantidad de trigo. Se expresan las condiciones que ha de tener la moneda acuñada: de cada sueldo de plata han de salir dos dineros, y de cada dinero cuatro mallas o meajas. Mancuso es la denominación que en los condados de Cataluña, Rosellón y Cerdaña se daba al dinar de oro árabe desde el siglo IX al XII. Siete mancusos barceloneses pesaban una onza. La malla o meaja era una moneda de vellón catalana con un peso de 0,75 gramos que valía la mitad de un dinero catalán. El término miaja, ha quedado como sinónimo de algo muy pequeño. Durante los siglos XIII, XIV y XV, algunos municipios catalanes acuñaron, con licencia real, numerario de poco valor (1/4 de dinero) destinado a circular, básicamente, por su término municipal. Se trataba de emisiones locales hechas en cobre o latón sin valor intrínseco. La acuñación era bastante descuidada y su diseño contenía motivos heráldicos alusivos al municipio emisor y la leyenda con el nombre de la población. Se batieron con distintos nombres como pogesus, pogesia o pugesa y Alfonso IV llegó a conceder licencia para acuñar este tipo de moneda a simples particulares. historiadelasmonedas


Óbolo de Sancho Ramírez de Aragón acuñado entre 1064 y 1094. Primera acuñación monetaria [con la efigio] de un reino cristiano de la Reconquista. Fuente: Commons

Fuente: vallenajerilla (artículo de F. J. García Turza): A partir del siglo XI, la Península Ibérica ve modificadas sus bases económico-sociales: las actividades rurales van dejando paso a otras artesanales y mercantiles, es decir, el mundo urbano gana espacio al ámbito rural. En efecto, a la luz de este desarrollo se produce un aumento del número de mercados locales y de ferias, sobre todo en los nucleos urbanos asentados junto al Camino de San tiago. Además con la extinción del Califato de Córdoba (1031), entra en circulación una mayor cantidad de metal amonedado debido al régimen de parias. Estos factores incrementaron los intercambios comerciales, de especial significación alo largo del siglo XII, y haran necesaria la acuñación de moneda propia, que vendrá a acompañar y, poco a poco, a sustituir a los dinares de oro y a los dirhenes de plata de procedencia musulmana, así como a las monedas de plata carolingias.
Ahora bien, los cristianos peninsulares se limitaran, en general, a acuñar monedas de aleacción de plata y cobre. En este sentido, hay que recordar que el monarca castellano-leones Alfonso VI (1065-1109) fue el primero en emitir dinero en vellón, circustancia que favoreció la expansión de la moneda y el retroceso del trueque, y provocó el acceso de un mayor número de particulares a la compra de bienes esenciales. Este dinero se basaba en la libra, que a la vez se dividía en 20 sueldos, y cada uno de éstos en 12 dineros. Así, mientras los primeros se venían utilizando como medida de valor, el dinero de vellón se utilizaba como medio de pago.
Pues bien, precisamente presentamos en este momento un dinero de vellón, es decir una moneda de plata y cobre, tenida secularmente por acuñación de Sancho III el Mayor de Pamplona (992-1035) o de Alfonso I el Batallador, rey de Aragón y Pamplona (1073-1134), pero que en la actualidad algunos especialistas atribuyen a Alfonso VI el Emperador (1126-1157), soberano de León y Castilla, territorios bajo cuya jurisdición se encontraba La Rioja desde el año 1076, al dejar de pertenecer al reino de Pamplona.
Tal vez acuñada hacia 1134-1136, lleva en el anverso la leyenda IMPERATOR, denominación que solía utilizarse para designar a los monarcas que eran reyes de León, y en el reverso, la NAIARA (Navarra,para otros autores) en clara alusión al lugar de procedencia, Najera, en donde existió una ceca de producción notable. Asimismo el anverso, en su parte central, se completa con una figura de rey con el atuendo característico de las piezas navarro-aragonesas de los siglos XI y XII, y en reverso se ve una cruz patada sobre el vástago con volutas, motivo frecuentemente repetido en las monedas de estas centurias.
Esta pieza, en la actualidad en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, por su entidad histórica y por ser única en su género, resulta de un extraordinario valor para el estudio de la numismática septentrional hispanica y, por lo tanto, para el conocimiento de la economía de la plena edad media.


Morabetino de Alfonso VIII. Reproduce una prestigiosa moneda musulmana, pero la cristianiza con una cruz y la sustitución de la inscripción "No hay mas dios que Alá" por una invocación al Papa, aunque en árabe. En principio el oro venía a la economía castellana desde fuentes musulmanas, en gran parte debido a los tributos exigidos por Alfonso VI de los reinos taifas; luego como pago de el rey Lobo de la taifa de Murcia por prestación de servicios militares. Con la caída del dicho rey ante los Almorávides se puso fin al flujo del oro a tierras cristianas del norte, por lo que Alfonso VIII decidió emitir su propio moneda de oro, el maravedí. (J.M. Francisco Olmos, citado en kaszonkovaks)


Novén. Moneda de vellón acuñada durante el reinado de Alfonso X el Sabio, indicada por la letra T bajo el castillo del anverso. Leyendas: anverso "MONETACASTELLE", reverso "ETLEGIONIS" ("Moneda de Castilla y de León"), en contraposición a las monedas acuñadas anteriormente de manera separada por los reinos de León y de Castilla. Fuente: Commons


Primer real castellano, moneda de plata acuñada en Sevilla durante el reinado de Pedro I "el Cruel"  (1350-1369) wikipedia ... introdujo el real de plata entre los diferentes valores monetarios de la Corona de Castilla (doblas, cornados y maravedíes) de la segunda mitad del siglo XIV, siendo uno de los más longevos al perdurar hasta el siglo XIX. Su ley y peso (3,35 gr.) se mantuvieron intactas hasta los Reyes Católicos, y su múltiplo de más valor, los ocho reales, son conocidos como las monedas más internacionales de la Edad Moderna, válidas en los mercados desde el Nuevo Mundo hasta Asia.La estabilidad monetaria durante el reinado de Pedro I, y la posibilidad de acuñar en plata (un metal que llegó a alcanzar, durante su reinado, el precio más elevado) se interpreta como consecuencia de un periodo donde la actividad económica estaba estancada, donde el consumo de bienes fue bajo, facilitando así que hubiera suficiente metal para acuñar reales durante varias décadas. museocerralbo (ver explicación de una moneda cuidadosamente recortada).



Ducado de Juan II de Aragón acuñado en la ceca de Zaragoza en 1460.  Es una moneda de oro que en algunas fuentes llaman "escudo" Fuente: Commons Desde finales del siglo XIII, la opulenta República de Venecia acuñó una moneda de oro, el ducado, que en la segunda mitad del siglo XV sustituyó al florín como la primera elección del comercio internacional. Aunque el ducado veneciano fue imitado fielmente por algunos Estados, su enorme repercusión se basó en adoptar su peso y ley del oro, logrando que monedas de diferentes países tuvieran, al menos en teoría, un valor idéntico y fácilmente intercambiable en los mercados. El patrón fue introducido en la Corona de Aragón por Juan II (1458-1479). A diferencia del antiguo florín, los diseños y nombres de los ducados aragoneses variaron entre sí y respecto al original veneciano, dando lugar al principat en Cataluña, al real de oro en Mallorca y al trionfo, o águila, en Sicilia. Todos, sin embargo, tenían en común la exaltación de la figura del rey. Un objetivo que fue promovido con gran interés por Juan II, monarca que superó una guerra civil, rebeliones y luchas de poder con la nobleza, la Iglesia y las burguesías urbanas. Sus ducados acuñados en Zaragoza son un buen ejemplo del diseño al servicio de una idea, la representación de la autoridad real, mediante los símbolos de la soberanía: la corona, el cetro, los títulos reales y la alusión a la gracia divina. (MAN

Las monedas de la Monarquía Hispánica, que controlaba el tesoro americano, fueron las más prestigiosas de toda la Edad Moderna, y se reprodujeron en el sistema monetario de Estados Unidos (el dólar es el calco del "peso duro", y su símbolo reproduce las columnas de Hércules con el cartel "plus ultra"). Las acuñaciones de monedas de oro siempre fueron una cuestión de prestigio, vinculada a la imagen soberana, y tenían una circulación muy limitada, casi siempre destinadas al atesoramiento. La unidad con más vigencia fue el real de plata, con el maravedí como unidad de cuenta y como moneda de vellón (cobre); las equivalencias fluctuaban con las alteraciones monetarias (devaluaciones), en la época de los Reyes Católicos era de 34 maravedíes por real y 16 reales de plata por escudo de oro (o sea, 544 maravedíes por escudo). Hasta el siglo XVIII cada reino tenía su propia moneda, aunque el sistema castellano era el más potente.

Doble excelente acuñado en Sevilla entre 1497 y 1504
Fuente Commons-Wikipedia noticia subasta


Fuente: El vellón a molino de Felipe IV (blognumismatico)

Real "de a ocho" de Felipe V (fuente: Commons)

La peseta se creó en el Sexenio Democrático, para introducir a España en la Unión Monetaria Latina; la base era el duro de plata de cinco pesetas o veinte reales (el real se seguía usando popularmente como moneda de cuenta y para denominar a las monedas fraccionarias de 25 céntimos de peseta), las de 10 y 5 céntimos, con la figura de un león se llamaron "perras gordas" y "perras chicas"). La Guerra Civil supuso el hundimiento de la peseta respaldada por el Banco de España, controlado por el gobierno de la República; el bando vencedor no reconoció las pesetas "republicanas", emitidas durante la guerra. La entrada de España en el Mercado Común (1986) conllevó la entrada de la peseta en el Sistema Monetario Europeo y posteriormente su desaparición, junto con las de la zona euro, al crearse la moneda única (1999 como unidad de cuenta y físicamente desde 2002).
Para ampliar: 
Wikipedia: Historia numismática de España.

El papel moneda, del que son precedentes medios de pago escritos en papel, como las letras de cambio particulares (utilizados por los mercaderes en las ferias) y los títulos de deuda pública (juros), se fue implantando en su forma contemporánea desde el siglo XVIII, con la creación del Banco de San Carlos (1782), que sufrió diversas transformaciones: Banco de San Fernando (1829), conviviendo brevemente con el Banco de Isabel II (1844-1847), hasta adquirir su forma definitiva como Banco de España en el bienio progresista (1856).

"Juro de 25.873 maravedís de réditos al año, por 517.460 maravedís vendidos sobre las alcabalas de Madrid, a favor de Dª Ana de Ipenarrieta" (30 de septiembre de 1649). Fuente: dokuklik

Fuente: imperionumismatico

Billete resellado. Véanse las fechas.


El 29 de septiembre de 1936 Franco fue nombrado Generalísimo de las Fuerzas de tierra, mar y aire por la Junta de Gobierno en Burgos y, pensando que sería cuestión de días la toma de Madrid, se encargó la fabricación de billetes (25, 50, 100 y 500 ptas) con el rostro de Franco a dos empresas inglesas, Thomas de la Rue y Bradbury Wilkilson and Co. La primera rechazó el pedido por ser el fabricante del Gobierno legítimo de España y el segundo, aunque llegó a fabricar las planchas y comenzar la impresión, desistió por las presiones del Gobierno británico.
Terminada la guerra y siendo ya Jefe de Estado, en 1940 volvió a la carga con el tema de los billetes. Esta vez se encargó el pedido a la empresa italiana Coen & Cartevalori, esperando no tener problemas por estar situada en un país amigo. Esta vez los problemas no vinieron por la parte del fabricante sino por decisión del propio Franco, aconsejado por sus colaboradores, al considerar que dichos billetes serían rechazados por el comercio internacional que no simpatizaba con el Régimen.
En el año 2002, la casa Afinsa, subastó ejemplares de prueba y llegaron a los 23.000 euros. (Javier Sanz, ¿Por qué nunca habéis visto billetes con la cara de Franco?, historiasdelahistoria, 8/11/2011 -vienen ahí las imágenes de los billetes de prueba, no los reproduzco para no despistar, porque nunca fueron de curso legal). 


En cambio, las series de billetes programadas en 1940 (Carlos V, entierro del conde de Orgaz, Hernán Cortés, Murillo, Juan de Austria, Colón y Menéndez Pelayo), 1943 (Isabel y Fernando), 1945 (Isabel e Isabel con Colón), 1946 (Luis Vives, Francisco de Vitoria, Goya y Flórez Estrada) 1947 (Séneca), 1948 (Elcano, Bayeu y Dama de Elche), 1949 (Ramón Santillán), 1951 (Sorolla, Benlliure, Rusiñol y Don Quijote), 1953 (Julio Romero de Torres y Álvaro de Bazán), 1956 (Alfonso X, Isaac Albéniz y Zuloaga) 1957 (Reyes Católicos) 1965 (San Isidoro y Bécquer), 1970 (Manuel de Falla) 1971 (Echegaray y Jacinto Verdaguer) billetesantiguos

La tradición notafílica de nuestro país resulta paradójica si pensamos que nunca se acuñó billete con la efigie del gobernante del momento si exceptuamos, quizá, dos únicos ejemplares: un billete de 1000pts del año 1915 conmemorando el matrimonio entre [la visita de] Alfonso XIII y Victoria Eugenia de Battenberg [al Banco de España -VER-] y la primera serie de los billetes de 5000 y 10000pts y las 10000 pesetas de la emisión del 92, los tres con la cara del actual monarca Juan Carlos I; muy pocos comparados con todos los billetes existentes en nuestra historia. (Fuente hnumisma)



Los sellos de correos se implantaron en España en 1850, diez años más tarde que en Inglaterra. Es significativa la similitud de esas fechas con la creación de la primera línea ferroviaria (Manchester-Liverpool, 1830; Barcelona-Mataró, 1848). Por los mismos años se fue implantando el telégrafo (Madrid-Irún, 1855).

Fuente: museopostalytelegrafico

Fuente: ABC
Circular de la Dirección general de Correos, de 18 de mayo de 1876, sobre ejecución de la de 13 de mayo. Grabado por Alfred B. Wion. Impresos en calcografía en Bradbury, Wilkinson & Co., de Londres. Tamaño 20 x 25 mm. Pliegos de 250 sellos (10 + 20 x 12) Filigrana castillo. Dentado 14, de línea. Circulación: 1 de junio de 1876. Validez postal hasta 31 de julio de 1878. Fuente filateliatalavera

Fuente: philatelicos


Sellos de la II República conmemorando a los presidentes de la I República Fuente: Historia y filatelia


Sellos conmemorativos de los XXV años de paz



... los duros acuñados en Madrid, los de Barcelona, el de Sevilla y los 320 reales. Se acuñaron monedas del mismo valor, pero unas indicando 20 reales  y otras 8 reales; además, las que se acuñaron en Barcelona durante la Guerra de la Independencia tomaron un valor de 5 pesetas. Fuente: blognumismatico ... 

Fuente Fuenterrebollo
Un hecho monetario a destacar del gobierno francés son las emisiones que tuvieron lugar en Barcelona a partir de 1808, ante el aislamiento de la ciudad después de la ofensiva militar española en la primavera verano de ese año y la necesidad de contar con moneda para evitar el colapso de las transacciones comerciales. La ceca de la ciudad se reabrió para batir piezas de oro, plata y, especialmente, cobre. En ellas se aplicó el modelo francés de única unidad de cuenta, si bien se escogió una nomenclatura hispana, de fuerte arraigo en Cataluña, para ella. Fueron las primeras monedas de la historia que portaron el nombre PESETA inscrito en sus estampas. Se adoptó el nombre que había triunfado desde el siglo XVIII para referirse a los reales de a dos, pieza que en módulo, peso y ley era bastante parecida al franco francés. Se emitieron valores de 1, 2 ½ y 5 pesetas en plata, 20 pesetas e 
oro y 4 y 2 cuartos, 1 cuarto y ½ cuarto en cobre, a instancias de la Junta General que presidía el capitán general, José de Ezpeleta, sometido a las tropas francesas comandadas por el general Duhesme. Desde el punto de vista metrológico se adecuaron al sistema español, por cuanto las piezas de 5 pesetas se hicieron del peso y tamaño de las de 8 reales o 20 reales de vellón. De acuerdo a eso la pieza de Peseta tenía valor de 4 reales de vellón, origen de la equivalencia que la futura unidad monetaria nacional tendrá de manera oficial en 1868 y que se irá perfilando a lo largo de las sucesivas reformas del siglo XIX. (Santiago Fernández, Antecedentes del sistema monetario de la peseta)



Fuente: Fuenterrebollo



Fuente: Fuenterrebollo


Fuente: Blog numismático


Fuente: Commons

La popular "perra gorda" (la "perra chica" era la de cinco céntimos) 
Fuente 20 minutos: "La expresión hace referencia a una moneda de bronce acuñada en España en 1870 cuyo valor era de diez céntimos de peseta. Ésta llevaba en el anverso la figura femenina de Hispania sentada sobre unas montañas y en el reverso un león de pie (sobre sus patas traseras) sujetando el escudo de España." 


Fuente: Commons Se cuenta que lo abultado de sus patillas hacía que se apilara con dificultad.

Fuente: Commons. Las monedas de Alfonso XIII, que nació después de muerto su padre, reflejan todos los cambios propios de su crecimiento desde niño. Las más pequeñas eran llamadas popularmente "las del pelón".


Fuente: Fuenterrebollo


Fuente: Fuenterrebollo








Fuente: Commons



Fuente: foronum















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